En el norte del Perú, a 2,750 msnm, Cajamarca emerge como un destino que combina el legado del Imperio Inca, la majestuosidad colonial y paisajes andinos de ensueño. Fue aquí donde se decidió el destino de un imperio con la captura de Atahualpa, y hoy invita a vivir experiencias únicas: desde aguas termales milenarias hasta granjas sostenibles y miradores sagrados. Cada rincón cuenta una historia, y cada experiencia conecta con la esencia de los Andes.